Ser el pétalo intacto después de un largo otoño

10.11.2015 15:06

El Yoga ya ocupaba el espacio de la infancia de Ana Pisador, mucho antes de que ella finalizase sus estudios de Filosofía, antes de que se interesara por la filosofía hindú, antes de su continuo aprendizaje que la ha llevado a obtener diversas certificaciones de yoga y ser profesora de varias formas de yoga.

El yoga ha ocupado el espacio que antes tenia una variada actividad deportiva, ha cambiado su vida y le ha enseñado a ver desde otra perspectiva. No se encadena al cuerpo, lo externo, sino que viaja a su ser. Reconoce el camino de otros yogis como David Lurey, Iyengar, Raul Torres, Mayte Criado, Shiva Rea o David Kyle. Algunos de estos yogas tienen un fundamento más atlético por lo que requieren de una buena condición física, es el caso del rocket yoga o el power yoga.

Su viaje yóguico lo compagina con la preparación de sus clases y la practica con su alumnado. Son muchas horas al día, dedicadas a aprender a buscar un espacio para ella, a respetar a su cuerpo y liberarse en su interior.

Después de los momentos difíciles,  de “esos otoños”; confia en que como las estaciones pasan sobre los campos, las estaciones sigan pasando sobre el corazón de Ana. Su plan de futuro es conocer más yoga y ser feliz con lo que tiene. Aunque quizás, un día, también la encontremos montando un centro de protección de animales.