Sentirse en la alegría del otro.

23.04.2016 13:11

Raquel Rienda llegó a Sierra Nevada por motivo laboral de su padre. En aquellas fechas, la necesidad de escolarización infantil en Pradollano impulsó la creación de un colegio, al principio casi itinerante, de apartamento a apartamento. Por su ubicación, el deporte natural era el esquí. Y así empezó Raquel Rienda su preparación deportiva, en la escuela como asignatura de deporte y en el club Monachil, tres tardes a la semana mas fines de semana.

En la actualidad, Raquel emprendedora, sigue manteniéndose campeona de sonrisas,  con una apuesta empresarial propia que entiende el esquí como deporte y proyecto educativo. Hay mucho de espíritu educativo en el discurso de Raquel Rienda. Más cómoda hablandonos de sus proyectos que de si, hablando del presente y del futuro inmediato.

Recordemos que Raquel es empresaria y deportista, que entró en el grupo nacional de esquí con catorce años y ha competido en campeonatos de España, Copa de Europa, Copa del Mundo y carreras de la Federación Internacional hasta los veinticinco años. Tiene tras de si muchísima dedicación a la competición en esquí alpino, mucho esfuerzo, series de entreno continuas: entreno-desayuno-entreno-almuerzo-series de video… Entrenamientos exigentes, entrega  y ambición para seguir adelante y conseguir resultados. Su especialidad: Slalom.

En torno al esquí se han deslizando alegrías, emociones, aprendizajes, viajes y experiencias que le han dado una visión amplia de este deporte, de otras formas de enfocar y trabajar las cosas. Aprendizajes que incluyen, tanto la relación y el respeto a las personas, como querer y tomar a la montaña tal y como es y respetarla, "que también tiene sus dificultades y también hay que saber cuando hay que retirarse".

¿La alta competición es más difícil que montar una empresa?. Que son cosas diferentes es obvio “pero ambas exigen una barbaridad”, cada una un tipo de sacrificios, muchas horas y “más cuando la empresa es tuya”. La escuela de esquí, el club y el establecimiento comercial de Raquel se han construido sobre un pilar personal: el compartir y enseñar conocimientos y ver que estos sirven a quien los recibe. Satisfecha al comprobar que la gente “disfruta de lo que le he sabido transmitir”. 

Encontré a Raquel de nuevo en la sierra, un día de esos que las nubes pasan tan bajo que no se ve a más de 12 metros. Ella estaba con un grupo de niños y niñas en una rueda de juego, aprendizaje. Alegría compartida entre ella y quienes están aprendiendo; entre quienes observan la montaña, quienes imaginan sobre el blanco de la nieve el sonido de sus esquís, el oscilar de movimientos y se impulsan para conseguir, pequeños objetivos y una gran alegría. Ser parte de ese resultado es para Raquel su recompensa personal.

En la creación de empresas los comienzos son difíciles. “Hay que seguir adelante, trabajar duro y seguir peleando” hasta que las cosas van saliendo poco a poco. El mundo del deporte le ha dado conocimientos y experiencia que compartir, pero también le ha enseñado calma, tranquilidad, paciencia y afán de lucha. Saber seguir adelante y ante la adversidad un único pensamiento:  “mañana será mejor día”. 

Así cerramos esta entrevista, con una sonrisa y mirándonos a los ojos en forma franca; ella en el reto de continuar su proyectos y contar, temporada tras temporada, con la confianza de sus clientes.