La pasión de sacar fuera dones propios

20.04.2016 19:14

 

María Concepción Cerqueira, “Peque”, a los catorce años, dos años después de empezar a jugar baloncesto, salió de su casa para ir al centro de alto rendimiento Siglo XXI, en Barcelona. No ha vuelto a casa desde entonces.

Dos veces campeona de la Liga, dos veces campeona de la Reina, subcampeona de Europa de clubs y subcampeona del mundo de clubs. Con 28 años deja la competición, a los 29 tiene su primer hijo y deja la competición de alto nivel. 

Como en muchos otros casos, ser mujer en la competición deportiva supone enfrentar más dificultades. Formar una familia corto su progresión cuando estaba  casi en su mejor momento de carrera deportiva. Quería “formar una familia y ya embarazada es difícil volver a la competición”; compaginarlo con la crianza resulto inviable. 

Tener un hijo en una pareja de hombre y mujer deportistas suele perjudicar a la carrera de la mujer, que se ve interrumpida y sustituida por la crianza y el cuidado de la casa, mientras que la carrera deportiva del hombre continua.  Eso por no hablar del aspecto económico. En el baloncesto, ni el patrocinio, ni el cobro de jugadores y jugadoras esta igualado. Las diferencias económicas son grandes incluso en la NBA femenina, y entre países también. Cobra más una jugadora en China o Turquía que en la WNBA Estados Unidos.

María Concepción Cerqueira sigue siendo hoy una jugadora de baloncesto. Entrena seis horas a la semana en la cancha, además de dedicar las mañanas a su preparación física y al entrenamiento de otras personas,  jugar al padel… Jugar al baloncesto le apasiona, nos invita a jugar desde edades muy tempranas, a desarrollar valores que nos van a servir en la vida. Valores que tienen la mayoría de los deportes de equipo, como el compañerismo, el trabajo en equipo, el saber los roles dentro de un grupo humano o la colaboración. Además de trabajar físicamente el cuerpo, pasárselo bien y hacer amigos. 

“Peque” ha construido su vida en torno al baloncesto. Aquella adolescente tímida, muy tímida, que salía de casa aprendió a desenvolverse en la vida junto al baloncesto, forjo su personalidad, aprendió a tomar decisiones, unas buenas y otras no, pero sabiendo afrontarlas. En el baloncesto conoció a su marido. El deporte que más les gusta a sus hijos es el baloncesto. Son aspectos de valor personal, que se unen  a otros como las amistades que “duran una vida”, los países y culturas diferentes que se conocen, la valoración que los demás hacen del trabajo realizado, o la felicidad que siente esa gente que les sigue cuando el equipo gana partidos, eso también se recibe y agradece.

Hablando de los momentos de adversidad en el deporte, María piensa que las lesiones marcan los peores momentos, aunque ella no ha tenido grandes lesiones. Otros momentos serian perder una final en un campeonato de Europa o del mundo… “te puedo decir que se pasan muchos días sin dormir, pensando si hubiese metido esa canasta, pero esto es el deporte. A veces se gana, otras se pierde y lo pasado no se puede cambiar. Al día siguiente, te quedas con las ganas de entrenar, de luchar para que no te vuelva a pasar”.

¿La fórmula que quizás haga que una niña o adolescente llegue a ser una buena jugadora de baloncesto?. Tener un don, ambición, carácter, "sangre en las venas", una formación con un entrenamiento que te ayude a formarte y desarrollar todas las cualidades que puedas tener. Esa es la receta. Mejor si además unes la ayuda de la familia, que no es siempre el caso; pues muchas veces es reacia a que una adolescente salga fuera, o prefiere que se vuelque en los estudios como si fuesen incompatibles. Ella finalizó su carrera compaginandola con cinco horas de entrenamiento al día, hablamos de condiciones normales. 

María Concepción Cerqueira, juega en el Club Deportivo Tear Ramón y Cajal, comparte el reto de ganar la liga, de ascender a primera F2 . Sueña y se le iluminan los ojos, con el momento, aún lejano, de jugar junto a su hija en liga nacional. Por lo pronto la alevín, esta en el mismo club que ella. Quién sabe, quizás veamos por primer vez en competición senior, en España, jugar madre e hija en el mismo equipo.