Entrenar y mantenerse entrenando.

04.05.2016 00:21

A la edad de cinco años Elena Fomina comenzó en la gimnasia artística a construir su carácter. El deporte fue todo para ella, era su vida. Estaba en el equipo nacional de la antigüa URSS. Su educación se forjó en un colegio especial donde el estudio se hacia compatible con entrenamientos de mañana y tarde. Hasta los dieciocho años su vida estaba en el deporte de élite, no quedaba espacio para la vida convencional de una niña ni de una adolescente. Con quince años entró en la gimnasia acrobática obteniendo medallas y ocupando la tercera posición en los campeonatos de la URSS, cuando Rusia tenia un super-mega nivel. Este deporte le ha dado carácter y salud, considera que ha merecido la pena. Aún hoy la gimnasia acrobática sigue ocupando una buena parte de su vida, su profesión.

Hace nueve años llegó, por motivos familiares, desde Rusia a Granada. Aquí encontró el club Acróbatos y empezó a trabajar como coreógrafa y al poco de entrenadora. Hoy dedica entre cuatro y cinco horas al día al entrenamiento de jóvenes gimnastas, algunos de los cuales forman parte del equipo nacional. Elena Fomina, comparte conocimientos en pabellón y la pista, en un entorno donde hay hombres y mujeres, entrenando y ejercitando. Aunque en este deporte hay más mujeres entrenando y más entrenadoras mujeres. Desde su infancia recibió una educación que la ha fortalecido en la idea de que una mujer puede competir con cualquier hombre. Ahora se define como una profesional que tiene que hacer su trabajo, el género lo considera en relación a su hijo y a su familia.  

Este deporte es muy técnico y requiere muchas horas de trabajo para alcanzar un nivel medio. Hay que querer practicarlo porque si no se aporta el cien por cien el resultado será débil. Pero la gimnasia acrobática también requiere disponer de unas características morfológicas que facilitan la flexibilidad del cuerpo y la fuerza en el carácter de quien lo practica. En el nivel actual, participando en campeonatos del mundo y campeonatos de Europa, donde siempre hay alguien del club en el equipo nacional de gimnasia acrobática, se dedican doce horas semanales además de un día individual para cada gimnasta. Pero, para alcanzar más nivel Elena ve necesario incluir más horas. “Siempre tienes que mantener tu cuerpo entrenando. Dejas dos semanas sin entrenar y has retrocedido cinco o seis pasos”.

La gimnasia acrobática permite a quien la practica un buen conocimiento del propio cuerpo, obtener flexibilidad, fuerza dinámica y capacidad de expresión artística. Desde el puesto de entrenadora, las satisfacciones de Elena Fomina llegan al ver que sus gimnastas “quieren aprender cosas”. “Cuando ves sus resultados, ves que han evolucionado, ganan medallas… Eso me motiva. En ese momento piensas que no estas perdiendo el tiempo. Tu trabajo y conocimientos sirven a tus gimnastas”. Ya se están preparando para el próximo campeonato de Europa en 2017, mientras siguen consiguiendo medallas.