En ocasiones hay que tener calma y esperar para la acción

31.07.2016 18:38

En Tokio era complicado aprender a volar por la distancia a los lugares en que se enseñaba parapente. En 1992 llega a Granada y fue el momento en que empezó el vuelo. Emiko Morota hace alpinismo y aunque “siempre pensé que era más fácil bajar volando”, en esas fechas no tenia acceso a la tecnología necesaria, el parapente pesaba veintidós kilos.

“Cuando vuelas estas sola, escuchas el viento, tienes una sensación de libertad y espiritualidad”. También es el momento en nadie esta para ayudar, hagas bien o mal las cosas, son tus decisiones las que cuentan. “Para sentir esa libertad, al principio cuando aprendes pasas un poco de miedo. Una vez en el aire tienes que decidir todo, lo que hagas lo decides hasta que aterrizas. No es miedo a caer, es la inseguridad de estar sola y no contar con apoyo. El viento, la montaña, las nubes, la naturaleza cambia mucho y al principio hay ese temor.” Ahora se siente libre.

¿Cuanto tiempo se tarda en volar solo?. Emiko Morota vuela en biplaza, enseña a volar, después de cuatro días en vuelos rasantes y vuelo biplaza se vuela sólo con la ayuda desde tierra mediante comunicación por radio. ¿En biplaza, quien tiene más miedo, la profesora o el alumno?. “Normalmente la gente no suele hacer cosas raras al principio. Si algunas confusiones entre izquierda y derecha”.

Dejo el parapente cuando fue madre. “Estaba concentrada en ganar el mundial. Deje el parapente que era mi pasión, pero tenia que elegir y opté por los hijos. Fue duro. Mi pareja continuaba la competición pero yo no podía continuar. No me arrepiento en absoluto, pero fué una decisión dura. Solo se compensa por ver a mi hijo. Ahora él quiere volar y eso es bonito”.

Lleva veinte años volando, al principio supuso muchas horas de entrenamiento para conseguir estar en nivel de competición. Una vez que se alcanza la pericia el entrenamiento es menos intenso. Vuela los nes de semana, durante la semana el entrenamiento es físico. Porque Emiko Morota trabaja y compite en paramotor. Treinta kilos de motor a la espalda que aguantar corriendo y en el aterrizaje. Practica Slalom en paramotor, una modalidad en la que quien compite puede tener más despegues voluntarios que aterrizajes suaves. Morota hace cuenta de las mujeres que practican esta especialidad y le salen siete en el mundo. “Es muy duro, hay que estar muy fuerte y la edad se nota. La Tahilandesa tiene dieciséis años, otra veintidós, la inglesa es más joven que yo. Hay mucha diferencia de edad, pero me alegra poder seguir en competición”. 

Fragmento de "+Visibles. Mujer y deporte Granada 2016". D.L. GR934-2016 foto y texto José Luis Raña