Elegancia y agresividad, sin odio ni posesión.
26.05.2016 13:19Leticia Montoya acabo 2015 primera absoluta de España en esquí de baches y también primera de Andalucía. Primera en la Copa de España de Freestyle (baches). Antes, habia estado siete años en esta disciplina, entrenamientos de fines de semana en la nieve y en el centro de alto rendimiento, con entrenamiento físico entre semana. Una pasión que empieza cuando cumple los 11 años y que comparte con su hermano. Esta convencida de que el deporte no será su profesión pero sueña con conseguir un top 10 en competición europea.
Hay condiciones dadas por el diseño propio de la disciplina, otras veces varían según las condiciones sociales en que se encuentran las deportistas y su propia evolución personal. En freestyle hay más hombres que mujeres, no sólo en lo local. Hay mucha diferencia también a nivel olímpico. El diseño del freestyle no incorpora nada que explique biológicamente esas diferencias. La entrevista con Leticia Montoya, lo es con una mujer que considera esta disciplina super divertida, que aporta mucho a quien la practica y que basta con ponerse. Pero hay más y está en el propio discurso de Leticia sobre sus vivencias en baches. Un entorno y personas que la ha acompañado en su aprendizaje del compromiso, su maduración, la disciplina con la organización del tiempo y compaginar deporte, vida social y el estudio.
Socialmente su vida esta en Sierra Nevada, con la gente de la sierra, son con quienes ha compartido momentos muy buenos, malos, caídas, ha crecido con ella. Tiene pasión por esta disciplina y su desarrollo deportivo, no lo separa del apoyo que ha tenido de su hermano, de su padre y de su madre, de sus entrenadores, el equipo que la han acompañado en la motivación y compromiso que ella ha puesto. Leticia Montoya ha elegido una disciplina que requiere de motivación, elegancia y agresividad. Agresividad no como estado emocional de odio o biológico territorial, sino el etimológico de empuje para emprender o decisión al enfrentarse a una dificultad. El uso que se de al lenguaje a veces encierra trampas.
En la Sierra me encontré con Leticia Montoya quien, ante la adversidad lucha y obtiene fuerza de su entorno. En el campeonato de España de 2015 llegó a la competición esa misma mañana. Se le rompieron las botas y le sangraban los pies porque tenia unas fuertes rozaduras, eso no le había pasado nunca. Cuando por fin consigo unas botas que le estuvieran bien, le quedaba sólo media hora de entrenamiento, hizo tres bajadas, las peores que había hecho en su vida. Con todo, llego a la clasificación, con unas botas que no eran las suyas, “sentía que era una competición en la que me estaba jugando algo”, había entrenado mucho y en ese momento se puso muy, muy nerviosa. “Empece a llorar, empece a decirme que no era nada, que era como un entrenamiento normal”, entonces se acercó Reyes Santa Olalla (también en #MDGR2016) un referente en Freestyle de su mismo equipo; la ayudo a tranquilizarse y así hizo su bajada. Ese fue el día en que quedó primera de España.
El día de la entrevista el termómetro marcaba por debajo de los 10 grados, poca visibilidad, e íbamos andando desde la base de la Visera a la estación de Borreguiles. No fue un día de fotos de saltos. Estábamos allí dos personas que compartíamos un mismo horizonte de visibilización de la mujer en el deporte, cada una con una forma de llegar. Ella desde el horizonte, al que ha llegado con su esfuerzo, pasión y un entorno que la reconoce y apoya. El que escribe, con una cámara, los dedos entumecidos del frío y la torpeza del que sin saber entiende, que detrás de la neutralidad en el tratamiento de la información deportiva muchas veces se perpetúan posiciones de ventaja.