Una filosofía sensorial de la escalada.
09.03.2016 17:12Ángeles Quesada, antes que el deporte siente la montaña. Nos habla de su relación con la naturaleza, que viene cultivando desde los doce años. Viene del montañismo clásico, de la escalada alpina, de sumar esquí, andar, hielo, invierno y verano para ir a la montaña. Un referente de montañera, con la que se lleva poco años: Catherine Destivelle.
Ángeles esta vinculada a las Bellas Artes y desde este ámbito reflexiona sobre el nivel estético que percibe en la relación roca y movimiento; la sensorialidad en la escalada y el medio que la rodea. También, “aquí las relaciones personales son peculiares”, no cotidianas.
Cuando empezó a subir a la montaña con su hermano, la escalada deportiva no existia. La montaña se veía como un territorio áspero, allí conoció la subida alpina. Tras el paréntesis de sus estudios universitarios regresa a la montaña y descubre la escalada. Un mundo que al principio resultó muy masculino, aunque con referentes como Inmaculada Garrido y Amparo Ortega, ambas montañeras, alpinistas, escaladoras de los 8000.
Actualmente Ángeles Quesada escala mucho con otras mujeres, sin competir, preparándose según el proyecto que se plantee. Lo importante es salir, dos o tres días a la semana, según la climatología, los horarios de trabajo, las horas de luz del día, el tiempo de traslado… a veces, “sin comer mas que una mandarina”. O si no, el rocódromo y los fines de semana.
Ángeles define la escalada como una escuela de vida. “Se transfieren muchas cosas”, la paciencia, la concentración. “Solo están tus manos, la roca, tus pies, tu mente y no hay otras cosas”, concentración máxima. Es la cabeza la que “te va poniendo en el sitio”, aunque cada una rentabilice sus cualidades físicas, fuerza, equilibrio… hay vías de todo tipo de grado y condición.
En los momentos en los que la mente se distrae, en los que asoma el miedo, no hay tiempo para frases extensas con una misma. Solo: “¡para arriba! , ¡venga!, ¡así si!”. El control de la mente es importante, lo primero que sale es ¡me caigo!, y es entonces es cuando tienes que concentrarte en el momento y seguir.
El reto de Ángeles Quesada es poder seguir escalando, viajando, descubrir nuevos sitios. Consciente de que la montaña, las plantas, las aves, el entorno hacen posible su disfrute, defiende la coexistencia de la escalada con una conciencia de respeto y conservación del medio ambiente.