Despertarse por un sueño y luchar por vivirlo

27.03.2016 09:20

Con la equitación se tonifican brazos, piernas, abdominales, se ejercita el equilibrio y se materializa una fuerte relación entre jinete y caballo. Pero siendo cierto todo eso, la verdad es que, si sigues leyendo, no es en lo físico donde encontrarás lo valores deportivos.

De la entrevista con Lidia Cañizares, técnica deportiva, emprendedora en Alamo Ranch, quisiera llegar a compartir dos historias. Una la de Lidia, a quien le gusta ser una mujer dedicada a la doma natural, doma western. La otra la del vínculo que une a la deportista con su actividad.

Aquella niña de cinco años que padecía urticaria y rinitis alérgica cada vez que iba a una clase de equitación se ha inmunizado. Con una jornada  de más de doce horas, echando de comer, sacando cuadras, soltando y montando caballos, dando clases, domando, cepillando, limpiando y arreglando cascos…  Al final del día, cuando se va a dormir “super cansada”, esta contenta y esperando el nuevo día para levantarse y empezar de nuevo.

Lo que tiene lo ha conseguido con tenacidad, sabiendo lo que quiere, con la inteligencia de saber lo que la hace feliz y entregando vitalidad y trabajo a su proyecto. Con la libertad y valentía de enfrentarse al reto de un trabajo y un deporte duros en los que puedes caerte, te pueden pisar, patear. A la barrera de un entorno que piensa que una persona “pequeñita”, mujer de 1,53 m y 45 kilos puede aproximarse al caballo para disfrutar de su estética pero que no tiene los atributos de un hombre para domarlo. Eso “le ha dado más ganas”, la doma ha hecho a Lidia más fuerte, más segura en sí y en lo que hace. Hoy más "orgullosa de ser mujer". También, más paciente; concentrarse y fijarse más en los gestos o en los movimientos, que aplicado a la comunicación la mejora.

Pero hay algo fundamental en esta historia y es el vínculo que une jinete y caballo. El que ennoblece la actividad deportiva de Lidia Cañizares, donde residen los valores del respeto y confianza mutua. La doma natural, a diferencia de la habitual (¡que paradoja!), ni emplea el dolor para obtener sumisión, ni busca sumisión sino confianza.  

Lidia cita como referente a Buck Brannaman. En la doma natural el trato se hace desde el corazón. Lidia Cañizares consigue la voluntad de seguirla y la cooperación del caballo trabajando su confianza, haciendo que la  sienta presente y él seguro junto a ella. Ella es lider y lo consigue sin romper la nariz del animal, o dañarle la boca con el hierro de una embocadura. Lo hace trabajando sus miedos y consiguiendo su amistad. Si al caballo le dejaran elegir galoparía con ella, no le daría la cola.

Alamo Ranch es el primer centro ecuestre en Granada donde se hace doma natural. 1,53 m y 45 kilos son llevaderos para un potro, medidas de una mujer ágil con buena forma física, con genio para “saber estar” y con razones y hechos para aportar otro punto de vista, el del entendimiento entre dos partes de un mismo deporte. Un entendimiento sin pinchazos, ni sangre para conseguir que gane uno a costa del otro. Una mujer que se despierta pensando en hacer realidad ese entendimiento. Esto también es parte del mundo del caballo, lo otro no es necesario.