Concienciar para tomar consciencia de las desigualdades por género

29.06.2016 12:57

Jugadora de baloncesto desde los 13 años, hasta los 27 años en el equipo de la UGR en segunda nacional femenina. En la actualidad juega al pádel pero sin renunciar a volver a formar parte de un equipo de baloncesto. En el mundo del deporte, María José Girela es docente e investigadora. Como docente, su alumnado son futuros grados en Ciencias del Deporte y Grados en Ciencias de la Educación. Sus trabajos se centran en temas de género.

Hay visiones diferentes del papel del deporte en el curriculum educativo. “Cada vez hay más personas reconociendo el peso e importancia que tiene. Cada vez es menor el uso de la educación física como relleno curricular, desde una visión de que se diviertan y poco más”. Aunque, dos horas lectivas a la semana en deporte puede ser insuficiente para el aprendizaje y desarrollo de unas competencias que garanticen la continuidad posterior.

El deporte facilita competencias personales y sociales, de esfuerzo, de saberse desenvolver en grupo y capacidad para guiar ese equipo. Compromiso “sabes que si no vas a un entrenamiento este se ha fastidiado. Si o vas a un partido le estas fallando a tu equipo”. Además capacidad de esfuerzo y satisfacción. “Trabajar la experiencia de tener retos difíciles, esforzarse y conseguirlos. La importancia del esfuerzo, no ya por lo que se consiga sino por la sensación de haberlo conseguido una con el propio trabajo, eso refuerza la autoestima”, nos hace sentir capaces y nos facilita vernos con éxito en nuevos retos. No rendirse, seguir y ver que se puede, “esa sensación no se cambia por nada, eso no es sufrimiento es satisfacción”. En deportes de equipo como en baloncesto, además puede haber una diversión continua.

En género, María José Girela, ¿es neutral la forma de tratar los valores deportivos y la práctica del deporte?. El deporte muestra la cultura que vivimos. “Hay un choque importante, sobre todo en esas edades en las que el deporte te exige una forma de comportarte y estar en el mundo que choca con el prototipo de revista, un bombardeo del estereotipo femenino que no cuadra. Llega un momento en que la adolescente se pregunta ¿dónde estoy? Y unas veces gana la partida el deporte y otras el estereotipo social”.

Hay deportes masculinos y femeninos por pura presión social. “Eso hace que en la promoción de la actividad física de la mujer, antes de que algunas dejen el deporte, para evitar ampliar el conflicto, se ofrezcan a mujeres deportes catalogados como femeninos. La revolución esta en que cualquier deporte sea un medio de disfrute de hombres y mujeres”.Girela nos habla del conflicto que crea, en hombres y mujeres, salirse del rol estereotipado.

¿Cómo se lleva este tema en las escuelas, en la enseñanza de la educación física?.  “No se lleva, no hay formación inicial en género o la que hay es anecdótica. Hay algunas experiencias,  grupos, pero no es un sunami que atraviese esa formación inicial con lo que se queda en una anécdota.” Observas diferencias importantes en competencia motriz entre chicos y chicas que provienen de primaria, te planteas ¿qué les han exigido en sus etapas educativas previas?, en su trabajo como docente del alumnado que aspira a ser docente de primaria observa ese estereotipo tan marcado de “eso es de brutos, o eso es de niños” y dices “van a ser maestros y maestras dentro de nada, ¿qué están transmitiendo?.”

“Mientras no se de formación desde la base, tanto longitudinal como transversal va a ser un problema por resolver. Avanzamos, pero podemos avanzar mucho más rápido. Tenemos experiencias que lo avalan, después de ocho promociones de los estudios del nivel experto de género en salud y educación física, una vez que te has puesto esas gafas del género eso no te lo quita nadie”. Es tan fácil como una formación con un poquito de calidad y dándole un poco de tiempo, de espacio. “La gente no es que sea reacia, la gente es que esta ciega ante esto”.

Las propias deportistas…”no tenemos que pensar que ser mujer es más proclive, ni ser deportista. Su sistema de socialización ha sido el mismo que el de los hombres”. En algún caso en que la mujer se ha identificado con un deporte de los masculinos ha podido expresar “si yo he superado esto, ¿porqué las demás no?”, esa tendencia a culpabilizar a las otras… “Estamos en un sistema social que es eso lo que transmite, en un deseo de aceptación cada cual encuentra un camino. Hace años en clase se abria el debate hombre-mujer. Hoy no, hay hombres y mujeres con diferentes opiniones. Antes era vosotras sois las culpables, vuestras madres, las madres han sido las culpables, y bueno no es esa la cuestión”.

Como investigadora, Girela trabaja en la incorporación de la perspectiva de género en las distintas asignaturas de grado y en la investigación del ámbito de la salud y el deporte. Le pregunté sobre qué hay que cambiar, su respuesta se recoge el libro de este proyecto #MDGR2016.

En el deporte, seria un avance dejar de pensar en hombres y extrapolar datos para pensar en que hay personas con distintas características e investigar sobre esas particularidades. Hay diferencias físicas que marcan diferencias entre hombres y mujeres. En el alto rendimiento hay cualidades que hacen evidente las diferencias. Para Girela “El problema es cómo aprender a valorar distintas formas de hacer el deporte. Aprender a valorar la aportación de las habilidades y desempeño que parte de la propia constitución física de la mujer. Aprender a verlo y encumbrarlo. Si usamos el cliché actual al final vas a aquello para lo que esta hecho”. Hay mucho que hacer, lo primero es darse cuenta de que se están dando desigualdades. También no caer en la trampa de pensar que esto esta superado, las estadísticas muestran que no, los indicadores de violencia de género indican un aumento y más frecuencia entre los más jóvenes. El reto social sigue presente.

Los retos inmediatos de Girela son avanzar un proyecto de diseño de mínimos a transmitir en distintos ámbitos de la enseñanza deportiva y el desarrollo de herramientas para llevarlo a la práctica. El segundo reto, conseguir las componentes e incorporarse a un equipo de baloncesto.