Cada jugadora tiene que hacer su trabajo, sólo su trabajo, pero todo su trabajo.

"Juntas podemos, pero ¡juntas!". Así de claro lo tienen las jugadoras del club de rugby Veleta. El actual equipo une a mujeres con distinta procedencia, distintos acercamientos al rugby.  Con ese buen humor que en ellas es tan fácil, citan como referente los neozelandes, “allblacks”; solo un instante, porque luego añadenr los nombres de las veteranas del Veleta: Laura, Paz, Nuria… nombres que suenan con respeto.

Si piensas que un balón es esférico cuando ves un balón de rugby te sorprende. Pero no hay en el futbol balones esféricos, es una idea fruto de un estereotipo. Ni un balón ovalado es fruto de un deporte masculino y violento. Ni las del Veleta son mujeres grandes, ni brutas, ni masculinas, no lo son. No juegan a un deporte de hombres. Esto es rugby.

En rugby los tantos son del equipo, las conversiones individuales no se celebran, no es licito que una jugadora vaya por delante del equipo. Es un deporte que exige fuerza, luchar  y en igual medida juego limpio, respeto a las reglas y ganas de superación, de ser mejor para hacer mejor al equipo.

Compañerismo, confianza en la compañera, confianza en si misma, valor, lealtad, respeto, unión e igualdad. El esfuerzo, la fuerza, la solidaridad, la búsqueda del equipo dentro y fuera del campo. Pensar que “si crees en ti misma puedes conseguirlo, si crees en el equipo lo conseguirás”. Son los valores, en un cúmulo de pensamientos y declaraciones, con las que me recibieron las jugadoras del Veleta.

En este deporte, también en otros que hemos representando, las cualidades y lo que obtienen las deportistas se define por términos dotados de género gramatical. Las imágenes que hemos compartido también. Digo estas obviedades porque el optimismo, o el compañerismo, valores y cualidades, o en este caso el rugby, pierden su esencia si se aplica un sexismo lingüístico. Y así más aún, el deporte pierde cuando se limita u oculta por creencias de género.

Mujeres deportistas con fuerza, luchadoras, altruistas, optimistas… A las que la práctica del rugby les da una buena forma física, ganas de superación personal, capacidad para resolver problemas en equipo, amistad… Que se platean retos como que alguna llege a ser convocada por la selección andaluza o española. O que el rugby femenino se consolide en Granada; estar en torneos más grandes, con más  asistencia, donde puedan venir equipos de Galicia o Asturias en los que hay jugadoras que antes fueron de Granada. Estaría bien que consiguiéramos algo de eso.